Un análisis sobre veintún encuestas
muestra un resultado final de tres puntos de diferencia entre Alberto Fernández
y Mauricio Macri, en favor del primero. En pocos días tendremos los números
reales que darán las urnas. No obstante, la pregunta es que mérito ven los
argentinos al actual gobierno para ofrecer una nueva oportunidad. Muy lejos de
aquellos pronósticos apocalípticos de diciembre conflictivos, el gobierno ha
sobrellevado estos casi cuatro años y la oposición haciendo gran esfuerzo ha
logrado construir una opción competitiva para enfrentar la alianza que encabeza
Mauricio Macri. Parece importar poco al conjunto de los argentinos la pérdida
de soberanía, el endeudamiento a cien años y la caída estrepitosa del empleo y
el consumo. El once de agosto tendremos el primer mojón en la carrera
presidencial, ese diagnóstico determinará un mapa sobre el cual se acomodara la
fluctuante política argentina. El
indeciso se puede entender, está en su derecho que no le atraigan las
propuestas de la polarizada elección pero el que reincida en votar a Cambiemos,
de clase media y media baja, ¿enserio este Mauricio Macri los representa? Quizás
no pudieron ver el discurso de este último domingo en la 133° apertura de la
Sociedad Rural, desde mi punto de vista ahí se vio el Macri más sincero de
todos, porque le hablaba a SU gente y esa misma gente estaba ahí para escuchar
justamente lo que el Presidente proponía.
En estos últimos años vimos un Macri insultado por el pueblo pero
aplaudido por la sociedad Rural, sobándole el lomo al estanciero. Mientras
reduce sectores del Estado como los ministerios de educación y salud le vuelve
a dar el cargo de ministerio al sector agropecuario, todo esto en campaña
electoral. Defendió la posición del productor tambero en estos días que la
leche, la de verdad, ronda los $50 el litro mientras los sectores vulnerables
de la sociedad quedan relegados a tomar productos a "base" de leche.
Se dio lugar para recriminar que todas las políticas que se venían aplacando
sobre el sector agropecuario, como impuestos, que los califica como algo que atrasa,
pero ¿acaso hay impuestos que adelantan? también nombro a las retenciones como trabas, o bien, lo grafica
como "una pata en la cabeza". De cierta forma manifiesta estar en
contra de todo aquello que el resto de los ciudadanos sí debemos cumplir para
realizar una actividad comercial. Ponderó las políticas tecnológicas para que
el dueño de la estancia no sea "un cadete del Estado" teniendo que
viajar constantemente para hacer un trámite. Habla de una apertura de mercado,
da el dato de 200, pero olvidando el cierre de empresas y fabricas que
cuadriplica esos datos y que los acuerdos comerciales internacionales propuestos
por el Macrismo son como "exportar un chacho de Estado". Mauricio
Macri utilizó las palabras acertadas
para una tribuna que esperaba escuchar eso. Finalizando su discurso, subiéndole
la vara al campo, propuso que para el 2030 Argentina tendrá que producir
alimentos para 800 millones de personas en el mundo entero, todo esto
profundizando la famosa postura de “en la misma dirección pero más fuerte", no
puede lograr darle de comer a la población
Argentina y planifica alimentar al mundo.
Volviendo a la frase de ser el granero del mundo pero con el eslogan de
"ser el supermercado del mundo" también le quedo lugar para insistir
en la famosa dirección de "seguir adelante" y recriminar la
existencia de impuestos con el argumento de que "hay quienes se quieren
quedar con el trabajo ajeno" y hay que "bajar los costos". Todo
el discurso rondo en proteger la economía de los más pudientes, la rancia
aristocracia terrateniente Argentina concentrada en el lugar donde siempre fue
el cuartel general de los civiles de las dictaduras en Argentina.
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