lunes, 1 de agosto de 2016

NO SON MALOS, SON BRUTOS QUE ES PEOR.

La de zoncéras que leí al respecto del “Premio Nobel de economía”. Hay algo que se llama “ironía”  o bien: sarcasmo, sátira, puya, parodia, actísmo, epigrama, cinismo, broma, etc.
Te falta interés e información pero te sobra odio y resentimiento. Por causa de estas actitudes no podes enlizar las situaciones que en general el emisor (el creador del mensaje con contenido irónico) espera que el receptor perciba el valor irónico del mensaje sin necesidad de indicaciones explícitas porque cuenta con que éste detecte la oposición entre el mensaje aparente y el que se pretende transmitir por compartir implícitamente una serie de valores o conocimientos, si, seguramente no entendiste nada. Al igual que el perro escucha el ruido de su plato de comida y automáticamente babea a vos te provoca lo mismo adentro de eso que tenés sobre los hombros, llamado cabeza, al ver y escuchar la palabra “bolso con plata” o “cajas de seguridad” ahora bien, cuando escuchas OFF-SHORE o cuentas en Panamá que ese dinero representa a impuestos que no se pagaron en nuestro país vos seguís rumeando las noticias viejas. Maldecís con las noticias de tus informativos predilectos pero cuando de un día para el otro desaparece la noticia ni siquiera te preguntas el ¿por qué? Te comes la escena del tipo con chaleco, casco y policías enmascarados alrededor y al otro día sale en libertad por falta de pruebas. Sos tan fácil, cuanto más odio tenés más fácil sos de meterte una idea en la cabeza. Se tienes tal nivel de pereza intelectual que es más fácil repetir lo que te muestran que vos preocuparte por saber realmente como son las cosas.

“En ese sentido, con todo lo que ha pasado en el país, yo pienso que habrá un sector malintencionado, pero más que nada ha sido un sector desaprensivo e ignorante. Y el bruto es siempre peor que el malo, porque el malo suele tener remedio, el bruto no. He visto malos que se han vuelto buenos, jamás un bruto que se haya vuelto inteligente.

                                                                                                    J.D. Perón.

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