“La bestialidad imperialista – dice el Che -
bestialidad que no tiene una frontera determinada, ni pertenece a un país
determinado. Bestias fueron las hordas hitleristas, como bestias son los
norteamericanos hoy, como bestias son los paracaidistas belgas, como bestias
fueron los imperialistas franceses en Argelia”.
Esta afirmación fue hecha ante el pueblo de Cuba el año1961 por Ernesto
“Che” Guevara, recordando la intervención belga en el Congo y el asesinato de
Lumumba y expresa una línea de conducta más que clara. Hace referencia en que
no se puede confiar en el imperialismo.
He llegado a pensar que la coherencia es algo sobre
valuado, que quizás este bueno ser coherente, pero uno no puede ignorar que también
maduramos, crecemos y transformamos nuestras ideas, evoluciona nuestra postura,
en este caso, política.
Hoy nuestro continente está siendo nuevamente azotado
por este régimen, el imperialismo norteamericano esta cobrándose todos estos
años de haber chocado contra políticas proteccionistas, una América latina que
los obligaba a abstenerse de interferir en sus políticas. EE.UU durante aproximadamente
diez años necesito poner su atención en las políticas mundiales que ponían en
riesgo su estatus político y económico. Su lucha contra el terrorismo y la contienda
económica en los mercados frente al potente asiático, China. Mientras tanto,
por el sur del continente se formaban gobiernos de mujeres, obreros e indígenas.
Una casta de dirigentes que no son del ceno demócrata, estadistas que abrazaban
la causa del pueblo. Nacionalización de empresas, modificación de leyes a favor
de sus pueblos, limites a las actividades económicas de las
multinacionales, la actividad financiera
restringida con la intención de no dañar la economía interna. Ahora bien, si
reunimos todos estos puntos y hacemos un análisis de que sector es el menos
beneficiado no tardaríamos en darnos cuenta que el malestar, el de intereses
afectados, se encuentra en las clases
altas, en esa porción empresarial de grupos económicos que siempre manejo la economía,
no solo de su país, si no que de toda la región latinoamericana. Hoy eso ya lo están
revirtiendo.
Poco a poco el gran poderío imperialista comienza a
enfocar nuevamente su atención, de lleno, en Latinoamérica. El consenso de
Washington reflota, un plan cóndor reformuládo de acuerdo a la época y todo
esto ya no defendido por tanques y fusiles si no quienes tomaron la posta
fueron los medios de comunicación. La clase alta invierte en medios de comunicación
para informar su verdad, para enviar su mensaje a la clase media buscando que
este sector capte el voz y lo tome como propio volcándose contra las clases
populares y apoyando medidas anti democráticas como la que hemos visto en estos últimos
días. Una presidenta elegida por 55 millones de persona es echada, destituida
por sesenta personas que decidieron esa
medida a razón de que la culpan de diversos casos de corrupción, vale aclarar
que aun no hay pruebas de todas esas acusaciones, no así es el caso de la mitad
de los acusadores, en ellos existen denuncias que si cuentan con pruebas, estos
encomendados de la “justicia” Brasilera tiene un prontuario decadente pero le
atribuyen cargos a alguien sin poder probarlos. El “golpe blando” se hace
presente, los chacales cipayos actúan el servicio del imperio desestabilizando
las democracias latinas. Celaya en Honduras, Lugo en Paraguay y ahora Dilma. El
constante intento de desestabilización del gobierno popular comienza a dar
resultados. Ya la ejecución de estas políticas están en curso, solo queda
resistir y luchar, lo lamentable es que la lucha la tenemos que hacer contra nuestros
compatriotas que se encolúmnan al servicio del establishment norteamericano. Como
decía Jauretche “Si
malo es el gringo que nos compra, peor es el criollo que nos vende”
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