Rodeado siempre de lo mismo
Nunca quiso ser lo que le toco
Solo le queda caminar contando baldosas
Lo manejan otras manos
Le marcan el recorrido
Ya no puede soñar.
Se escondia en las esquinas
Entre la mugre de la culpa
Ya no tiene tiempo
La vida lo rechazó.
Se puso su condena y todo acabo.
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